Este pequeño y acogedor pueblo se sitúa en los llanos del Marquesado, aunque, al igual que su vecino Cogollos, no perteneció al señorío del Cenete, sino al del Marqués de Villena. Hoy es una pequeña población dedicada a la agricultura y la ganadería y empeñada en recuperar su pasado. Prueba de ello es la creación, en la que colaboró todo el pueblo, de un pequeño museo etnológico y la recuperación de un tradicional tinao. También es muy interesante su iglesia mudéjar.