Los restos del castillo de Alquife se encuentran sobre el cerro situado al norte del actual pueblo, dentro del coto minero. La fortaleza tiene una forma pentagonal alargada en dirección este-oeste. Actualmente se puede seguir buena parte de su perímetro, del que se conservan restos claros de seis torres. No se aprecian indicios de la entrada, que posiblemente se encontraba en el lado sur, el más destruido y en el que se hallaba la antigua alquería de Alquife.
Dentro del recinto encontramos un aljibe de pequeñas dimensiones y con una sola nave que no conserva la bóveda. En el centro, en la parte más elevada del recinto, hay restos de muros de mampostería que conforman varios espacios de habitación de difícil interpretación. En el castillo pueden distinguirse cuatro técnicas constructivas y una variante con carácter decorativo: el tapial hormigonado, tapial de cal y cantos, tapial calicastrado y mampostería no concertada. La primera fase constructiva es la de tapial de cal y cantos, que se encuentra sobre todo en la parte oriental de la fortaleza.
La construcción seguramente se produjo en el s. XI, en época taifa, en estrecha relación con el control de la producción de hierro. Posteriormente, la fase en tapial calicastrado supuso una reducción del espacio defensivo, destruyendo intencionadamente la parte este y creando una fortificación rectangular más pequeña. La última fase, ya en época nazarí, es la de mampostería.
El castillo de Alquife está ligada a la explotación minera. Su construcción supuso la creación de una nueva alquería, con un nuevo término, que se segregó de Lanteira, con la que comparte su vega y sus aguas y una importante reorganización del territorio en el s. XI.