Sobre un cerro elevado sobre la margen derecha del río Fardes, se encuentra el oppidum ibérico de Cerro Forruchu. En superficie aún se observa gran cantidad de materiales de construcción que incluyen tambores de columna y bloques que debieron formar parte de estructuras de grandes dimensiones. En una pequeña planicie unida al núcleo central por una lengua de tierra pudo estar la necrópolis según parece demostrar la presencia de urnas pintadas y cerámica griega de barniz negro (kylix de la clase delicada).
El poblado está ocupado desde el siglo VI a.C. hasta el tercer cuarto del siglo I a.C.