El yacimiento se localiza en la margen derecha del río Fardes, frente a la desembocadura en éste del Arroyo Huélago. Posee una amplia visibilidad hacia los dos valles. El área ocupada por la totalidad de las estructuras visibles en superficie es de unos 15.000 m², aunque la mayor concentración se da en el centro norte del yacimiento (unos 6.000 m²). A principios de los noventa del pasado siglo el yacimiento ya se encontraba muy deteriorado como consecuencia de las excavaciones clandestinas, a veces con pala mecánica, que habían sacado a la luz numerosas estructuras calcolíticas y romanas. En la actualidad no podemos precisar hasta que punto las estructuras que hace 20 años eran visibles existirán todavía pues todo el yacimiento ha sido explanado para explotación agrícola.
El yacimiento posee diversas fases de ocupación relacionadas con la Edad del Cobre y con el mundo romano alto y bajoimperial. En la prospección realizada a principios de los noventa del pasado siglo se constataron materiales prehistóricos calcolíticos, tales como cuencos de pasta naranja y fuentes carenadas de borde biselado, que se concentran en el sector más occidental del yacmiento; en cambio, los materiales romanos se extienden por la totalidad del yacimiento; entre ellos se han recogido cerámica finas (sigillata sudgálica e hispánica, cerámica de paredes finas, sigillata africana C y D y sigillata hispánica tardía meridional), de cocina(cocina africana), comunes y de almacenaje/transporte (dolia, ánfora bética de salazones y ánfora africana de aceite). En consecuencia, la ocupación romana del yacimiento abarca desde el segundo cuarto del siglo I d.C. hasta un momento indeterminado de los siglos V o VI d.C.
Del momento de ocupación romana del yacimiento existían numerosas estructuras. La entrada del asentamiento se realiza desde el sur, directamente desde el valle, hace veinte años aún se conservaban restos de empedrado con pequeños cantos. En el límite septentrional existían de muros de gran entidad, que podrían haber delimitado la zona de hábitat. En la zona central del yacimiento se ha constatado la existencia de un conjunto de muros construidos en opus incertum, aunque con sillares parcialmente regulares. Conforman un espacio rectangular de 39 m² (5,2 x 7,5 m). Su estructura, parcialmente destruida por efecto de los excavadores clandestinos, dejaba ver en su interior un suelo de opus signinum, que debió sufrir en algún momento determinado una remoción, ya que existe un segundo suelo, superpuesto al anterior y de mismo tipo de obra. Asimismo, son visibles en superficie los muros de cimentación, compuestos por hiladas de piedras verticales, ligados por tierra, que conforman un rudus de amplio espesor y grosor (fig. 10). El conjunto de los elementos corresponde a una torre fortificada.
El resto de los muros documentados en el asentamiento está compuesto por zócalos de piedra en opus incertum, unidos con cal grasa. También se observaban algunos suelos en opus signinum y, presumiblemente, algún mosaico, ya que se documentó la presencia de teselas en azul y en blanco.
El conjunto se ordena en torno a dos grandes núcleos: el más oriental se compone de escasas estructuras asociadas entre sí, con muros que en su mayor parte cierran espacios en ángulo recto, entre ellos existe un muro circular, ubicado en su extremo oriental. La existencia de niveles de cenizas en los alrededores y de restos de adobes refractados permiten pensar que se trata de algún tipo de horno. La parte occidental está ocupada por la mencionada torre y por estructuras perimetrales, éstas últimas son visibles, debido al corte del terreno, en un tramo de 10 m y forman un muro de hasta cuatro hiladas de sillares calizos de 50-60 cm de anchura, irregulares, dispuestos a piedra seca y calzados con ripios.
Asimismo, se constató en superficie la existencia de dos conjuntos de tumbas del tipo de tégulas a dos aguas, que han sido objeto de expoliación. La más oriental se sitúa en la parte del asentamiento más alejada del valle. El segundo, documentado por la presencia en superficie de una tumba, se ubica en la parte más occidental, es decir, la más próxima al valle. Ambos espacios funerarios se ubican fuera del área habitada, a la que correspondían las estructuras observables en superficie que hemos descrito con anterioridad.