Las cuevas de los Camariles ya aparecen citadas en época morisca en el Apeo de 1571. Forman agrupaciones a distintos niveles en la cara occidental del Cerro del Castillejo, a espaldas de Beas de Guadix. Podrían incluso existir niveles inferiores actualmente ocultros por los derrumbes parciales del cerro.
Tipológicamente, los investigadores han distinguido dos etapas en la excavación de estas cuevas. Una primera etapa de celdas independientes, o pequeños grupos de celdas, de plano circular u ovalado, de muy escasa altura de techo (1,20 a 1,40 m de media) de difícil adscripción cronológica aunque en varios conjuntos de cuevas acantiladas de características idénticas se han documentado en el valle del río Alhama cerámica de los ss. X-XI.
La segunda época corresponde a arreglos y sobreexcavaciones del bajo medievo y, posiblemente, de época morisca, para su reutilización como graneros y refugios (excavaciones de túneles para comunicar las celdas, rebaje de suelos para permitir estar de pie y excavaciones de nichos y algunos silos). Todo ello ha transformado la configuración original de las cuevas e inluso modificado las formas de acceso a las mismas.