Las cuevas andalusíes y moriscas de este sector se desarrollan en varios niveles en el Cerro de Santa Catalina y Carabanchel, existiendo varios ejemplares todavía sin estudiar en el barrio del Perchel. Según los ejemplares estudiados, comportan viviendas, cuadras, palomares, graneros acantilados, y un puesto de vigilancia situado en el último nivel, al cual se accede por una entrada disimulada en la parte opuesta del cerro. Muchas de ellas aparecen en el Apeo de 1571, cuando se distribuyen a los repobladores: “ Una casa arrimada al çerro del Montoval con quatro cuevas dentro…”, “dos cuevas en el Cerro del Montoval una encima de la otra linde con cuevas del Concejo del Lugar”, “en el mesmo cerro del Montoval, un palomar con sus cuevas”, “Una casa en el palomar que se ha caydo con su garita con dos cuevas en lo alto y otras dos cuevas debaxo del palomar. Y un palomar.”, “un solar debajo de la garita con quatro cuevas”, etc.
Los palomares troglodíticos se sitúan en la pared sur-sudeste del Montual (Cerro de Carabanchel o de Santa Catalina). Su gran número y el gran tamaño de algunos de ellos es bastante excepcional, más aún para un asentamiento instalado en plena vega irrigada. En efecto, más de 2000 nichos se han contabilizado en las estructuras estudiadas. Las miles de trazas de garra dejadas por las aves sobre las paredes y bordes de los nichos prueban, si ello fuera necesario, que se trata efectivamente de palomares y no de «farmacia» (boticas de los Moros) como pretende la tradición popular.
El más grande de ellos se organiza alrededor de un pilar central rectangular. Posee dos gateras, actualmente muy degradadas y dos arcos reservados actualmente tapiados delimitando su entrada. Un segundo gran palomar, situado a la izquierda del precedente, parece, por el contrario, haber sido repicado a partir de una habitación de vivienda. Esta última incluiría una gran banqueta en una de sus extremidades, iluminada por una pequeña ventana. La ventana principal estaba delimitada por un gran arco reservado de herradura, de tipología semejante al de la “capilla” precedente. Esta sala constituía el segundo nivel de una vivienda troglodítica y comunicaba, mediante una escalera interior y un pequeño pozo vertical, con una habitación muy modificada en época morisca, situada por debajo.