En el paraje conocido como Face Retama se encuentra el complejo cultual de San Torcuato formado por las ermitas antigua y nueva y por un complejo monacal subterráneo de veinticinco salas. Diversas tradiciones y narraciones antiguas están relacionadas con la vida del primer obispo de Guadix, Torcuato y su supuesto martirio acaecido según éstas en este paraje de Face Retama; de ahí su existencia en un lugar tan apartado.
La primera mención escrita de la ermita y las cuevas de Face Retama la encontramos en 1696, en la Historia de el Obispado de Guadix y Baza de Pedro Suárez, que describe el lugar como “una ermita y unas cuevas de muy capaz habitación debajo de la tierra, que solo de verlas mueve a devoción”.
En el conjunto de San Torcuato se pueden distinguir varias fases constructivas:
– La primera fase se extendería entre los siglos XVI-XVII con la creación de un monasterio uniendo posibles hábitats medievales dispersos en el interior del cerro. La iglesia no presentaría ninguna obra añadida exterior. En esta época se añaden probablemente gran parte de los elementos litúrgico-arquitectónico como las hornacinas. Durante esta fase las cuevas de la planicie aun no presentarían un hábitat estable, sino una función de refugio otoñal-invernal de transhumancia.
– La segunda fase de ocupación cristiana se desarrollaría a lo largo del siglo XVIII, con la obra de ampliación de la iglesia del santuario, añadiéndole una obra de dos plantas en forma de “L” adjunta al extremo N-E del cerro. En la primera planta situamos una zona porticada y unas dependencias para la escuela de la planicie. En la segunda planta situaríamos la casa parroquial. Esta fase constructiva se caracteriza por el tapial calicastrado, un mortero mucho más grueso e irregular y el uso masivo de ladrillo en la obra, así como la aparición de las grandes arcadas como solución para afianzar la estructura subterránea más crítica.
– La tercera fase, ya en época contemporánea, consistiría en una restauración del santuario y de la ermita a gran escala, ocultando la obra anterior en gran parte con una obra de mampostería encajonada en verdugadas de ladrillo.
El conjunto de salas subterráneas del conjunto de San Torcuato se distribuyen según patrones funcionales. Partiendo de la entrada orientada al sur, aquella que mira directamente hacía las estribaciones de Sierra Nevada, lass primeras salas que encontramos se dedican a labores agrícolas-ganaderas, las siguientes al mantenimiento y alojamiento de la comunidad, a continuación la zona del culto y de recepción de viajeros, para terminar con la zona de acceso restringido o de clausura, donde se guardarían los elementos rituales más importantes para la comunidad, como textos sagrados, reliquias, etc.
Todos los años se realiza una perigrinación a este conjunto el 15 de mayo, día de S. Torcuato.