Se encuentra enclavada en uno de los barrios de mayor tradición histórica de Guadix, que fue primero cristiano, luego mozárabe y más tarde islámico. Tras la conquista, se creó una ermita que pasó finalmente a parroquia, la cual abarcaba tanto a zona urbana como a una parte del barrio de las cuevas que se encuentra en sus aledaños. El templo actual fue construido a mediados del siglo XVI por el albañil Ambrosio de Villegas y el carpintero Felipe Sánchez. Posteriormente fue ampliado con capillas laterales y completado con la portada principal. Es la más modesta de las iglesias mudéjares de Guadix, pero resulta airosa por su emplazamiento,ahora potenciado por la habilitación del mirador cercano. La estructura es la característica de cajones y encintados de ladrillos y cubiertas de madera en la nave, capilla mayor y el campanario de la torre, todas decoradas con sencillas lacerías. En las capillas laterales se conservan restos de pinturas del siglo XVIII, de carácter popular. Perdida su función parroquial hace tiempo, ha sido restaurada recientemente. La monumental portada lateral pertenece a la primera etapa del estilo Barroco y es toda de cantería. Una inscripción sobre la hornacina la fecha en 1621. Otra, en la cornisa, alude a Santa María Magdalena: “ECCE MUHIER Q ERAT IN CIVITATE PECCATORIX,LUC[cas] 7”. El escudo es del obispo Plácido Tosantos, bajo cuya prelatura se realizó. Los portalones tienen unos buenos herrajes de la misma época.