La primera iglesia se construyó a mediados del siglo XVI, según tradición local, en un emplazamiento diferente, más cercano al cerro. En el siglo XVII estaba ruinosa por lo que, sin poder precisar el momento exacto, se reconstruyó en el lugar actual, aprovechando su armadura. Presenta una nave rectangular y cabecera clasicista, formada por un crucero y capilla mayor de poca profundidad, añadida en 1781. Después de 1940 se realizaron las pinturas de jaspeados, angelitos y la Anunciación que adornan el testero del fondo, realizadas por Antonio Balboa Guerrero. La modernidad estructural y decorativa de la cabecera contrasta con la sobriedad y blancura de la nave y la cubierta de armadura de madera con ligeros adornos de lacería. El aprovechamiento de dicha armadura se manifiesta en el extraño entronque con el arco toral. Fue realizada en el siglo XVI por el experimentado carpintero Bartolomé Meneses. La portada principal de ladrillo es moderna, pero siguiendo la tradición mudéjar; se inspira en la de los pies de la iglesia de Jérez. Preside el altar mayor el Cristo de la Buena Muerte, un bello Crucificado del escultor Sánchez Mesa. Otra escultura venerada, también moderna, es San Hermenegildo patrón de Alquife, obra de Eduardo Espinosa, en cuyas fiestas se celebra la tradicional Quema del Palo.