Esta iglesia perteneció en su origen al convento de Santo Domingo, fundado por los Reyes Católicos en 1500 y extinguido en el siglo XIX tras la Desamortización de Mendizabal. La construcción de la iglesia tuvo lugar hacia 1530-1550, ajustada a los modelos mudéjares presentes en la mayoría de los templos guadijeños. La pequeña portada renacentista se adorna con el característico emblema dominico de los perros con la antorcha en la boca. El interior presentaba originalmente una nave y capilla mayor, separadas por arco apuntado, ampliadas posteriormente con naves y capillas laterales. Lo más destacable es el espléndido conjunto de armaduras que cubren la nave, la capilla mayor y la antigua capilla del Rosario. El laborioso trabajo de la carpintería se completa con una rica policromía que ofrece un variado repertorio de motivos florales, grutescos y unos curiosos retratos de personajes; aparecen también escudos señoriales de los Mendoza en la capilla mayor, como patente de patrocinio, y de los dominicos en la nave. La pequeña armadura octogonal de la primitiva capilla del Rosario es admirable por lo delicado de su lacería y adornos florales. A los pies se encuentra la capilla nueva del Rosario, de finales del siglo XVII y principios del XVIII, con retablo y camarín barrocos. En sus paredes cuelgan pinturas de tema dominicano, entre ellas el episodio legendario de la Virgen del Rosario en la batalla de Lepanto. Las pinturas e imaginería de la iglesia son la mayoría modernas, destacando la imagen de San Miguel, realizada en 1947 por el escultor Ruiz del Olmo.